El Congreso de los Diputados ha aprobado definitivamente este jueves la Ley de Protección de los Derechos y el Bienestar de los Animales, a pesar del unánime rechazo de los sectores afectados
La reforma del Código Penal en materia de maltrato animal también ha salido adelante sin las enmiendas del Senado
La actividad cinegética, el deporte con animales y los animales con actividades específicas han quedado excluidos de la Ley de Protección de los Derechos y el Bienestar de los Animales tras su aprobación definitiva en el Congreso de los Diputados el jueves 16 de marzo de 2023.
La norma, una de las más contestadas de los últimos años, no ha contado con la participación de los sectores afectados y ha conseguido el rechazo de la comunidad científica, más de 6000 alegaciones, más de 600 enmiendas y los informes desfavorables de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) y del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ).
El Proyecto de Ley Orgánica de Modificación de la Ley Orgánica 10/1995, de 23 noviembre, del Código Penal, en materia de maltrato animal, también ha salido adelante sin las enmiendas aprobadas en el Senado, por lo que el texto definitivo será el que salió del Congreso de los Diputados el pasado mes de febrero.
En lo referente a la reforma del Código Penal, la Real Federación Española de Caza considera que contempla penas desproporcionadas y en que, al extender la tipificación del maltrato animal a todos los animales vertebrados, supone una gran inseguridad jurídica para las actividades reguladas como la caza, la pesca y otras de gran importancia para el mundo rural.
El presidente federativo, Manuel Gallardo, ha valorado positivamente “que la caza y el deporte con animales queden fuera de la Ley”, aunque ambos proyectos “no deberían haber visto nunca la luz, ya que están marcados por un claro tinte ideológico”.
En este sentido, Gallardo ha reiterado su agradecimiento a los grupos parlamentarios que han permitido la exclusión de la actividad cinegética y se ha comprometido a seguir trabajando con todos ellos para evitar nuevos ataques que pongan en riesgo a la caza, “una actividad fundamental a nivel social, económico, ambiental y cultural”.