Más de 50.000 cazadores se han manifestado hoy en Valencia para denunciar el ninguneo al que se sienten sometidos por parte de las administraciones competentes en materia de caza, para denunciar la persecución y odio al que están sometidos por determinados sectores de la sociedad, y para reivindicar la función social, económica, ecológica y de seguridad pública de la actividad cinegética
Organizada por la Federación de Caza de la Comunidad Valenciana, y bajo el lema ‘Por una caza viva’, la protesta ha reunido a representantes de asociaciones y clubes de todos los rincones de la autonomía, así como de federaciones y organizaciones de otras comunidades como Andalucía, Madrid, Murcia, Castilla la Mancha o Aragón. “Somos el colectivo con mayor extensión y arraigo territorial, y más de 600 pueblos han estado representados hoy en la manifestación”, apunta Lorena Martínez, presidenta de la entidad convocante. “Algunas decisiones y acciones políticas recientes amenazan directamente la existencia misma de la caza. Por ello, nuestra marcha ha cosechado el respaldo unánime e incondicional de todas las federaciones a nivel estatal”, puntualiza.
En su manifiesto, los más de 50.000 cazadores representados han elevado en voz de su delegada una rotunda condena a las “políticas de espalda al cazador”: “Han desoído y desatendido sistemáticamente todas y cada una de las propuestas que hemos trasladado a los órganos consultivos y de participación, como el Consejo de caza”, denuncia Martínez. “Tenemos los profesionales mejor formados en la materia, y acumulamos en el colectivo toda la experiencia de la práctica cinegética. Su negativa a tomarnos en consideración responde exclusivamente a una razón ideológica”.
Según apuntan, las leyes de bienestar animal y la “inoperante e infundada” regulación autonómica de la sobreabundancia del jabalí, han sido dos de los principales detonantes de que la “marea naranja”, como se definen los participantes en alusión al color identificativo de los cazadores, tomara la calle.
Los valores inherentes a la actividad cinegética han centrado buena parte del discurso de la presidenta, en este sentido, ha reclamado el derecho de los cazadores a educar a sus descendientes como ellos fueron educados por sus ancestros. “Nos preocupan especialmente las coacciones que sufrimos, nosotros y nuestros hijos, por el simple hecho de practicar una actividad legal y necesaria”, protesta la portavoz. “Recibimos mensajes de odio de sectores hipócritas, incapaces de entender la contradicción que supone criminalizarnos por abatir animales por motivo de control poblacional, prevención de daños o seguridad pública, cuando ellos se alimentan de carne cada día”.
En el epígrafe de exigencias y demandas, los organizadores han destacado la modestia y humildad de sus pretensiones. “Nunca nadie habrá ofrecido tanto a cambio de tan poco”, rezaba su manifiesto en alusión a los destinatarios de la protesta. Y es que, según los cazadores están “dispuestos a proteger la agricultura valenciana, luchando contra la sobreabundancia de fauna; dispuestos a seguir trabajando en la seguridad ciudadana, previniendo con su acción accidentes de tráficos y epizootias; y dispuestos a seguir invirtiendo millones de euros en mejoras cinegéticas que redundan en favor de toda la fauna silvestre, especialmente en épocas de sequía como la actual”.
A cambio, sólo piden “medidas que faciliten la gestión de la carne de caza, como la creación de salas de inspección y despiece; que les dejen cazar de la manera que juzgan más eficaz, y que se tomen medidas decididas y sin complejos de impulso y fomento del sector a largo plazo”.
Preguntados por los posibles visos políticos de la manifestación, la presidenta de la Federación ha sido tajante: “los cazadores no tenemos color político, pero sí tenemos memoria. Los cazadores valencianos han lanzado hoy un mensaje: Si éramos 50.000 personas en Colón, cuantos más somos en los montes, y cuántos más seremos en las urnas”.