Igual que quien aparece en una fiesta de disfraces por error, así asistimos a ese gran proyecto, de momento mediático, de defensa de los intereses de la sociedad, de toda la sociedad, que ha puesto en marcha la vicepresidenta segunda del gobierno Yolanda Díaz, de matemático nombre.
Un proyecto que en palabras de la propia impulsora se basa en ser una herramienta para ensanchar la democracia, aunque esto nadie sabe qué es. Todo ello basado en que los partidos políticos no pueden dar soluciones a los problemas de la ciudadanía, sin embargo, todos provienen de alguno, y que están regresando, nunca se fueron, los discursos del odio y el miedo al diferente. SUMAR quiere liderar una transición ecológica justa y proteger el conjunto de derechos y libertades, solo de algunos claro.
Pues en ello andan los de SUMAR, aunque se han olvidado de varias partes de la sociedad que sufren ese discurso del odio, del miedo al diferente, y que están viéndose acosados y perseguidos en el uso de sus derechos y libertades, como es nuestro caso.
Nosotros, los que participamos del medio rural, de la caza, de la pesca, de la ganadería, de la agricultura, de los toros, no tenemos cabida en la sencilla operación matemática que consiste sumar. Y lo digo con conocimiento de causa, después de no recibir contestación a la carta que le remití a Yolanda Díaz, en la que le plantaba qué partes componen la adición, pues mucho me temía que primero se aprende a restar que a sumar.
Mucha ternura, amor, dialogo y compromiso adornan la bandera de SUMAR, pero parece que solo para algunos, los que están a la izquierda del PSOE y a la derecha de Podemos, el buenismo izquierdista se diría. Otro galimatías imposible de descifrar, cosas de la nueva política.
Así que de nuevo preparándonos por si SUMAR llega al poder, porque como sea lo que parece, la batalla estará servida, pues son los mismos perros con distintos collares, como cita el refranero rural.
Manuel Gallardo Casado
Presidente de la Real Federación Española de Caza